Larraín termina con la incertidumbre en la UDI y anuncia que se queda hasta noviembre

Después de meses de incertidumbre, finalmente el presidente de la UDI, senador Hernán Larraín, despejó el escenario, anunciando que continuará al mando del partido al menos hasta la segunda quincena de noviembre, luego que se hayan concretado las elecciones municipales.

Pese a que el Consejo General del partido estaba convocado para el 14 de mayo, tal como lo confirmó Larraín, una serie de situaciones que se han ido sumando en los últimos meses, como el hecho de que todos los estamentos de la colectividad “casi” unánimemente le solicitaron que continuara hasta superar los comicios municipales, lo hicieron desistir de su decisión preliminar de no prorrogar su mandato.

Además del proceso eleccionario que ya se inició con la inscripción de las candidaturas a primarias, el timonel planteó otros elementos que harían necesaria la continuidad de la actual directiva con él mismo a la cabeza como son “la promulgación de la nueva ley de partidos políticos y financiamiento y fortalecimiento de la democracia, que obliga a un cambio en los estatutos y a asegurar que las elecciones de la directiva se realicen conforme al nuevo mandato de un militante un voto” o el Consejo General se haya elegido bajo ese mecanismo, lo que no ocurre hasta ahora en la UDI. Adicionalmente influyó en su determinación “la petición que han hecho en forma consistente y unánime distintos sectores y estamentos internos de nuestro partido”, explicó el máximo dirigente gremialista, quien además detalló que de todos estos los diputados “casi” por unanimidad le pidieron quedarse.

“Hemos aceptado esta solicitud e inquietud que se nos ha hecho llegar para prorrogar la duración de la directiva hasta la primera fecha posible de elección, después de las elecciones municipales, probablemente en la segunda quincena de noviembre. Esperamos de aquí a entonces haber reinscrito el partido y poder hacer la elección de la nueva directiva conforme al principio de un militante un voto”, subrayó Larraín, quien acto seguido insistió en que hubiera preferido mantener su postura de no prorrogar su mandato.

A pesar de eso, el timonel gremialista señaló que el hecho de que los diferentes estamentos del partido le hayan solicitado a la directiva que prolongara su mandatado, constituye una muestra de “reconocimiento a la labor que hemos venido realizando durante todo este tiempo y de confianza para cerrar temas que se ha desarrollado durante este tiempo y que requieren aún de días, semanas o meses más para lograr completarlos todos”.

Tal como lo advirtió el propio Larraín, en la bancada de diputados no se dio el consenso para que se le solicitara al senador prorrogar su mandato. Hace un par de semanas, cuando el diputado David Sandoval -también vicepresidente en la actual directiva- propuso otra de las varias iniciativas que se habían puesto en marcha para convencer a Larraín, no todos los diputados suscribieron la carta que con ese fin se redactó.

Varios de ellos preferían que se produjera un cambio generacional en las dirigencias partidarias y la decisión de Jaime Bellolio de no postular a la presidencia del partido desmotivó a varios de sus seguidores que tampoco quisieron inclinarse por la prolongación del mandato de Larraín, que algunos daban por hecho hace semanas.

Reinscripción en marcha

Uno de los objetivos de Hernán Larraín, además de poder lucir un buen resultado electoral en materia municipal, es decir, “mantener a la UDI como el partido más votado en estas elecciones”, es implementar la legislación a que obliga la nueva ley de partidos y la de fortalecimiento de la democracia.

Para ello en la UDI ya está en marcha el proceso de reinscripción de militantes. Esto considera la elaboración de la ficha, que el Servicio Electoral visó y que el timonel mostró ayer orgulloso, señalando que a partir del 7 de mayo próximo la colectividad comenzará a reinscribir a su militancia para obtener lo antes posible los 20 mil que se requieren para regularizar la situación del partido bajo la nueva legislación.